quarta-feira, 4 de março de 2009
El verdadero Cyrano de Bergerac
Dice que le hemos robado la confianza en sí mismo y por eso ha aparcado su 205 GTI negro brillante y ahora anda en taxi.
El taxista se ha hecho su amigo y lo escucha mientras conduce. Mi padre habla pausadamente, con humor y con imágenes que aproximan su decir a la escritura.
El taxista se ha hecho su amigo y de vez en cuando le pide consejo o le deja entrever los bastidores poco estables de su vida.
Hace unas semanas le pidió un poema. El taxista se había enamorado y le pidió a mi padre unas líneas para enviar unas flores. Mi padre, claro está, se sintió halagado. Sonrió y le dictó unos versos, unos que no supo o no me quiso repetir. Algo que hablaba de palabras y viento y oídos que escuchan.
-Pero papá!
-Sí, hija sí, le dicté los versos, eso no tiene importancia.
Pero después le dijo:
-De todas formas, tú no estabas casado?
Y el taxista sonrió entre pueril y ufano.
-Pues mira, hombre, enamórate de tu mujer. Hazme caso. Y deja esas flores.
Pois depende da muller...
ResponderExcluirPois nom, depende da honestidade e a honradez de cada um. Em este caso da honestidade do taxista. O que estava a fazer o taxista era enganar. E isso nom depende da mulher... nom pensas?
ResponderExcluirSempre emocionas...Sabía que a impresionane foto anunciaba algo fermoso, emotivo...E os comentarios, completan a beleza do texto... Equipa perfecta!
ResponderExcluirbeijos
Rosa, minha linda Rosa!!! Benvinda! Beijinhos muitos. Muitos.
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