sexta-feira, 3 de abril de 2009
Un regalo de cumpleaños
No es lo mismo cumplir años cuando tu madre se ha muerto. Párate a pensarlo. Ella ha estado siempre, justo desde ese día. Y luego nunca es lo mismo. Tampoco es todo lo contrario. Es solamente esa sensación de fin de fiesta. El cumpleañosfeliz rebotando en las paredes de un cuarto vacío.
Él fue a buscar el regalo de cumpleaños. Recorrió la calle de tiendas de arriba abajo, y después, volvió sobre sus pasos, de abajo arriba. Tenía una idea poco clara pero quería acertar. Continuó por el callejón de la izquierda y entonces algo brilló en un escaparate.
Era una joyería pequeña y antigua, con vitrinas poco vistosas y casi cohibidas entre tanta falta de pudor comercial. Lo que brillaba era una gargantilla de plata con un diseño bello y sencillo que lo convenció. Entró y se la llevó envuelta en papel azul noche y letras doradas: Joyería Amor. Así de fácil.
Así de fácil.
No es lo mismo cumplir años cuando tu madre se ha muerto. Había dicho en voz alta sin llorar.
Entonces él le entregó el regalo. Ella vio las letras doradas de la joyería y mientras sus manos dudaban empezó a hacer preguntas. Solo quería estar segura de que su regalo venía precisamente de aquel lugar. Abrió el paquete y la gargantilla se ajustó a su cuello como unas manos tibias.
Pensó no decir nada, pero no pudo callarse: es de la joyería que está subiendo hacia la Iglesia de San Nicolás, un comercio antiguo, no es verdad?
Sí, un comercio antiguo.
Se lo contó: cuando ella era pequeña solo había otra persona en la ciudad con el nombre de su madre. Solo otra persona se llamaba Agripina: la mujer que entonces llevaba esa joyería.
Lo recuerdo porque ella me lo contó y porque las dos, a veces, se reían de sus nombres, tan singulares.
Así de fácil.
Como no quisiste contárnoslo ayer para no estropear el post no podemos juzgar si se ajusta o no a la realidad, pero de lo que no hay duda es de que lo que cuentas lo cuentas requetebién.
ResponderExcluirY es cierto que los cumpleaños son siempre de dos, la que pare y el que nace. Y, de ellos dos, la única que puede recordarlo y de verdad conmemorarlo es la primera. Y por eso lo cuentan año a año mientras están.
Un bico, guapa
Gracias, María... pero no estoy convencida de haberlo contado bien. A veces es preciso esperar para que la realidad pierda su fuerza y enfríe. Y entonces... ver la forma en que ha cuajado.. no sé.. Pero gracias. Es así como tu lo cuentas. Por eso lo cuentan cada año, mientras están... beijinhos.
ResponderExcluirInmenso. Una gran verdad la que cuentas. Y como dice María... ¡Cómo la cuentas!
ResponderExcluirMe ha llamado mucho la atención el contenido. Nunca había caído en ello y ahora, quizás, entiendo las extrañas expresiones de mi ya anciana progenitora cuando me llama para felicitarme a mediados de julio.
Besos, Pau.
Gracias por pasar por aquí, Leiter! Bienvenido. Es triste, pero cuando nos damos cuenta de algunas cosas es cuando las estamos echando de menos...
ResponderExcluirUn abrazo.
Tus palabras me han sobrecogido. Creo que nunca lo había pensado y, ahora, se me ha encogido el corazón...pero no, no quiero pensarlo, todavía no!. lulú
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