Cuando ella nació, llovía. En la habitación del hospital unas palomas arrullaban somnolientas los primeros días de Abril y ella mamaba de mi pecho. Su cuerpo diminuto lo ocupaba todo, el cielo y el silencio, las ventanas y los cajones, las manos y los ojos, la respiración. Estaba en ayer y en mañana.
Cuando estiraba los dedos con sus uñas de papel tenía algo de brote vegetal y de pétalo. Y se agarraba a mi índice desproporcionado con el impulso antiguo de un latido.
No cabría en las palabras tanto amor. Es un párrafo nuevo. Una página en blanco que comienza un cuaderno.
Enhorabuena a las dos, por lo de antes y por lo de ahora. Por todo lo que os ha pasado en estos años y por lo de ayer! Me alegra el corazón saberos libres.
ResponderExcluirPor cierto Pau, eso que acabas de escribir es universal, me siento totalmente identificada. Excepto que no llovía.
beijinhos, hoy más y más alegres que nunca.
Todavía estamos posándonos en esta realidad nueva. Un gran abrazo, Amalia. Un abrazo lleno de alegría.
ResponderExcluirLa lluvia es hermosa, es limpia, es oceano sobre la tierra. La lluvia es canto ylucha y a veces lagrimas. Donde estoy no llueve por fuera, sino hacie dentro, y en dias como hoy me amanace el alma oliendo a campo mojado. Los amanecers, como los buenos augurios, vienen siempre prenados de manana. Siento que la vida, en dias como hoy, apenas pudiera ser mas hermosa.
ResponderExcluirQué bello, m. Aquí llueve mucho, llueve siempre. Días como hoy y como ayer, quién sabe mañana... son como regalos, obsequios de la vida. Difícilmente la vida puede ser más hermosa de lo que ha sido hoy también aquí. He vuelto a pensar en ti esta mañana, en mi paseo, porque querría seguir aquella historia. El hombre de las cartas amarillas vendrá a celebrar mi cumpleaños. Después de tantos y tantos cómo han pasado. La vida felizmente reconstruida...
ResponderExcluirCómo me gusta que nos visites. Beijinhos.
Que hermoso! Mantener esa linea indeleble flotando por encima de los anos desde las cartas hasta tu cumpleanos. Que buena manera de celebrar! Yo tambien lo encontrare en breve, esta vez sin arrepentimientos ni resquemores, sin deseo de ser otros distintos de los que hoy somos. Budapest me espera, te acuerdas? Un beso enormisismo.
ResponderExcluirBudapest está en cualquier lugar. Y espera o acecha en cualquier lugar del tiempo. Mi amiga sirena dice que hay un equilibrio en la vida y que todo vuelve a su lugar. Creámosla. Beijinhos.
ResponderExcluirEl hombre de las cartas amarillas ha guardado la misma manera de mirar y su sonrisa.