Por la mañana temprano los centros comerciales pueden volverse mercados, casi zocos, donde la gente, sobre todo mujeres, remolonean en conversaciones redondas y acogedoras como plazas.
Contaba las monedas mientras la cajera, con su mano pacientemente extendida y atenta, conversaba todavía sobre la Navidad. La señora, que rondaría los setenta años, resumía comidas y regalos de Reyes.. y después, entregando el importe exacto- nada de tarjetas- confesaba:
-Pero sabes, siempre tengo la sensación de que van a volver porque se olvidaron de dejarme algo. La tengo desde que era niña y me sigue pasando. Me quedo esperando...
Me miró para darme paso pero solo alcancé a sonreírle.
"Habría dado cualquier cosa por llamarme Melchor"
...y a mi me ha hecho sonreír leerlo...:))
ResponderExcluirbeijinhos preciosa y sigue escribiendo, eres de verdad un remanso.
Sonríe, es para eso.. pero no me sale el final, en realidad.
ResponderExcluirVerás luego viene "Anónimo" y lo termina.. ya verás.. O prueba tú.. no ves que está cojo?
Vladimir, Estragon! Godot no vendrá hoy, pero mañana seguro que sí....
ResponderExcluirBesos enormes.
: ))
Anónimo ha dejado su comentario por debajo de la puerta, y dice así:
ResponderExcluir"Habría dado cualquier cosa por llamarme Melchor" Es el final perfecto, qué os decía!!