Del otro lado del blog está mi vida. Una vida que desconoce que a veces la desmenuzo para esparcirla como migas de pan a las palomas. Del otro lado del blog, está mi vida. Ayer la vida y el blog, se confundieron y por unos instantes no estuvimos en ninguna parte.
Él, ese anciano shakespeariano que es mi padre, sentado y con los brazos apoyados en la mesa de la cocina, me preguntó:
-Hija, qué es una página web?
Dejé los cacharros que fregaba y me volví para observarlo. Preguntaba de verdad. Me saqué los guantes de goma. Sin desatar el mandil alcancé el iPad y me senté a su lado para explicarle. No sé si lo comprendió, pero en la travesía, nos acercamos al Remanso. Leímos.
Permaneció callado, con los ojos concentrados en la pantalla, sin mirarme y leyendo todavía.
-Puedes ampliar la letra, haz como yo: así, con los dedos.
Y entonces acercó sus dedos temblorosos al cristal de la pantalla, sin atreverse a tocarla, haciendo un gesto de mago para ver crecer la letra. Un gesto de mago, elegante pero falto de fe.
-Así no, papá. Toca, toca la superficie...
Venció el escrúpulo de tocar un cristal y las letras se le hicieron visibles. Sonrió.
Y, en aquel momento, estábamos los dos del otro lado. Juntos, del otro lado.
¿Que ingrediente de la magia produce esa escena? Yo la conozco...y tú tambien. Besos.
ResponderExcluirPues claro: el secreto siempre está en los polvos de jengibre que echo en el café! ;)
ResponderExcluirsimplemente sublime, es la primera vez que paso por tu blog, realmente la imagen de tu padre descubriendo como un niño es maravillosa, muy tierna, te mando muchos saludos y si gustas me visitas...
ResponderExcluirgracias, Geraldine. He entrado en tu mundo y me he dado de bruces con Cortázar, ten por seguro, que pasaré de nuevo!
ResponderExcluirPau, Cortazar es cortazar es cortazar. Cuando no se que hacer, abro Rayuela, y siempre encuentro las respuestas adecuadas. Que poco fortuitas son las coinncidencias!!!
ResponderExcluirNo hay nada fortuito, por lo que veo. Ni aumentando el círculo hasta el mismo tamaño de la Tierra podemos escapar a ello. Es como un hilo que nos une conociendo quien somos. Y, la verdad, reconforta. Beijinhos.
ResponderExcluirAmante incondicional de Rayuela, também eu volto a ela e aos seus labirintos quando a vida nos empurra demasiado e sentimos que devemos parar à beira da caminho para apartar teias de aranha.
ResponderExcluirMas eu entrei aqui, que nom me esqueça, Paula, para dizer-te que fiquei mais uma vez com a boca aberta com a tua escrita, a singeleza com que relatas um filme inteiro, duas personalidades, dous mundos, duas épocas e até o ar que se respira ou a luz que entra pola janela nesse momento.
Agora estou mais contente. Uma jóia. Obrigado.
Abraço.
Obrigada eu! Assim é simples escrever.. beijinhos.
ResponderExcluirCreo que es de lo más hermoso que te he leído. El colmo de la magia será cuando le denseñes a dar vueltas a la pantalla esa que me niego a nombrar para que "las cosas que tiene adentro" giren porque adivinan en que posición están sus ojos. Y a Cortázar también le habría gustado ser tu padre.
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