LLegó de dar un largo paseo rodeando la laguna. Traía todavía los oídos llenos de trinos y murmullos, croares de rana y espacios para los silencios. El cuerpo confortablemente cansado con la certeza de un vaso de agua. Atravesó el jardín de la casa pensando en la dulzura de su suerte y fue al acercarse a la puerta cuando rechinó la armonía: estaba abierta. Recordaba haber dejado la puerta trasera cerrada aunque sin llave. No hacía viento y no esperaba a nadie que pudiera llegar hasta aquel lugar apartado de la playa vacía sin un coche. La puerta estaba abierta y mientras se sorprendía, apareció en ella la figura de un hombre alto, en bañador, tatuado y descalzo.
El pensamiento corre en vetas paralelas y mientras se asustaba era capaz de indignarse.
-Y usted que hace aquí!!
Lo dijo con voz fuerte pero sin gritar. El corazón batía a ritmo de peligro pero sostuvo su mirada como quien gobierna la vela en medio del viento. El hombre, tranquilo, explicó que había preguntado si había alguien y que estaba interesado por la casa. No se molestó en explicar su presencia en el interior. La escena era la siguiente: él en la puerta de la casa, alto y, además, un peldaño por encima de ella, luciendo una calma ostentosa más próxima de la chulería. Ella, un peldaño por debajo, modulando una energía que la empujaba y que al mismo tiempo temía que le fuese devuelta en forma de ira. Consciente del desequilibrio y la vulnerabilidad. Entonces se limitó a decir: Fuera de aquí.
Aún así, el hombre, alto, en bañador, tatuado y descalzo, alardeaba de una lentitud exasperante en sus pasos. Continuó diciendo esas palabras: fuera de aquí, fuera de aquí, mientras lo acompañaba hasta la puerta de la finca empuñando su dedo índice como un arma.
El hombre desapareció tras el portón de hierro. El corazón se fue ordenando poco a poco. Se volvieron a escuchar los pájaros. Todavía pudo pensar en si, tal vez, el hombre solo quería hacer una pregunta y después, olvidó de nuevo echar la llave a la puerta.
Yo siempre me olvido también ;)
ResponderExcluirNo tenemos remedio. Pero, sabes? Es mejor así.
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