A estas horas todo puede pasar todavía. Lo malo y lo bueno. Es lo porvenir. El silencio está pespuntado de pájaros. A lo lejos, creciendo, el rugido impúdico de la autovía.
Algo en el brote de la luz, en la humedad de la helada, anuncia la cercanía de un respiro. Primavera.
Me cuentan que están de camino, que a 500 km se ven ya los nidos habitados. Bullicio en los aleros y caligrafía oriental dibujando el cielo.
A cidade da literatura
Há uma semana