Amanece un día luminoso de inviero. Una de esas mañanas en que echamos en falta las alas que tuvimos, en que el azul es como aquel de la infancia que rercodó el poeta antes de morir. Una mañana de invierno en que huele la transparencia de los hojas tiernas pregonando primaveras. Por un instante solo hay el cielo abierto como mirar a los ojos. Por un instante. Solo aquí.
Recuerdo una mañana de navidades, de vacaciones, con ese azul. Eramos niños. después de correr nos tumbamos sobre unos sacos estirados sobre la hierba húmeda, hablando, riendo.
ResponderExcluirRecuerdo esa imagen: ese azul perfecto en el aire limpísimo, sólo cruzado por la rama pelada del manzano,
Ay.....
Paula, haz algo!! cada vez que intento salir de la página me duplica el comentario....XDDDD
ResponderExcluirEs que es tan lindo!
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