Também não acredito no final do ano, mas gosto de deixar-me contagiar das emoções e ser arrastada pela alegria. Este ano foi duro, mesmo muito duro. Mas sempre da vida tiramos aprendizados e agora sei que para conseguir algo importante é preciso, às vezes, deixar a pele na tentativa. Os vincos arredor dos olhos, arredor dos lábios, testemunham a luta.
Da dor nasceu Pedro Cabo, que continuará escrevendo em certos dias de infernia poemas nos que aparecem cães molhados e doloridos e noites de chuva com árvores peladas a bater nos vidros.
O mais importante é ter aprendido a respirar com a alma, que é como dei em chamar, finalmente, a esta sensação que expande o espírito quando compreendemos, por um instante, o afortunados que somos. Quando nos emociona ver um bando de aves brilhando ao sol no amanhecer ou se nos crava um olhar, uma palavra, no coração, como um beijo.
Saber agradecer a fortuna de sermos mentes passamos uma vassoira pelo chão da cozinha. Esta frase é quase críptica mas eu sei de que falo.
Em quanto escrevo, agora, visto um pulôver que teceu minha mãe quando eu tinha dezesseis anos. Tem todas as cores do arco Iris e os dedos das suas mãos em cada ponto.
Feliz Ano 2010.
quinta-feira, 31 de dezembro de 2009
terça-feira, 29 de dezembro de 2009
Palabras como pabellón
Sólo estas palabras de Sánchez Terán pueden ser nuestra patria. "Para todos los hombres pan y reinado".
domingo, 27 de dezembro de 2009
sábado, 26 de dezembro de 2009
24 de Diciembre
Estaba previsto salir antes de las dos de la tarde del trabajo, pero las cosas se complicaron y salimos pasadas las cuatro y media. Habíamos pensado en hacer las últimas compras y paquetes después de comer, antes de ir a la casa de los abuelos. Pero en la puerta, cansados, descubrimos una rueda pinchada. Improvisamos, salimos del paso olvidándonos de algunas cosillas, pero no discutimos y llegamos tarde a todas partes, pero siempre a tiempo.
De camino, en medio de la música y la oscuridad del coche, me llamó ella. Ya podía hablar correctamente y se sentía ir saliendo. Superaba la radioterapia y sentía como la vida volvía a entibiar sus venas.
Llegamos. En la casa de los abuelos estábamos, otra vez, todos. Todos diferentes, pero todos. Cuando él entró por la puerta no pude evitar el recuerdo de tantas palabras derramadas como ungüentos en los oídos de la abuela, palabras para mantener la esperanza despierta: -No volverá a ser nunca igual- Lloraba entonces, pero ha sido. Cuando los lazos son tan fuertes, no es posible soltarse, aunque arrecien la rabia y las distancias. El amor siempre es más fuerte.
Recuerdo de esta noche, Nochebuena, los ojos y los brincos de los niños, las miradas como ríos de la abuela, la risa suelta y franca que él lució toda la noche y una caricia que se dejó al pasar en mi mejilla, tan tenue, tan precisa, como ese clic certero que te desvalija el alma.
De camino, en medio de la música y la oscuridad del coche, me llamó ella. Ya podía hablar correctamente y se sentía ir saliendo. Superaba la radioterapia y sentía como la vida volvía a entibiar sus venas.
Llegamos. En la casa de los abuelos estábamos, otra vez, todos. Todos diferentes, pero todos. Cuando él entró por la puerta no pude evitar el recuerdo de tantas palabras derramadas como ungüentos en los oídos de la abuela, palabras para mantener la esperanza despierta: -No volverá a ser nunca igual- Lloraba entonces, pero ha sido. Cuando los lazos son tan fuertes, no es posible soltarse, aunque arrecien la rabia y las distancias. El amor siempre es más fuerte.
Recuerdo de esta noche, Nochebuena, los ojos y los brincos de los niños, las miradas como ríos de la abuela, la risa suelta y franca que él lució toda la noche y una caricia que se dejó al pasar en mi mejilla, tan tenue, tan precisa, como ese clic certero que te desvalija el alma.
quinta-feira, 24 de dezembro de 2009
segunda-feira, 21 de dezembro de 2009
Nicolás y el Señor Scruch*
-Sí, abuelo, hemos puesto un camino de lentejas entre el musgo y están brotando. Ahora parece un bosque! Están más altas las lentejas que los Reyes subidos a los camellos!
Y el abuelo sigue preguntando, con voluntad de polémica.
-Y habéis puesto el castillo de Herodes?
Nico mira para mí porque no sabe, en realidad, quién es Herodes. Niego con la cabeza y él salta desde mi gesto sobre la pregunta, para callarla.
-No! No pusimos un castillo!
-Y los soldados!?- Se ríe con indignación forzada y los brazos en alto.
-No! No hay soldados!
-Y desierto! Habréis puesto el desierto!
Me mira de nuevo, porque sabe que sí debería haber un desierto. Pero no, no lo hemos puesto.
-No! Hay un camino de lentejas que crecen! Ya te lo dije, abuelo.
Y el abuelo, con paciencia también fingida, le pregunta:
-Pero a ver, Nicolás, entonces qué es lo que habéis puesto, cuéntame.
-Pues al Niño Jesús, y a la mamá y a José….
-Pero eso no hace falta!!!
Y se ríen los dos a carcajadas, igualando su edad, encontrándose en esa esquina mágica del tiempo donde casi no puedo llegarles. Capaces de conversar a la sombra de las lentejas que crecen entre el musgo de un Nacimiento casero.
Después siguen hablando y mi padre le cuenta que hace muchos años, cuando nosotros éramos pequeños, él ponía un Nacimiento lleno de casitas de escayola que él mismo había trabajado. Y un río con agua sobre el que pasaba un puente. Y ponía un desierto con arena de la playa, y un gran castillo de Herodes con soldados en que los Reyes paraban a preguntar por el Niño y…
Y la tarde corre escondiéndose del frío mientras ellos aprenden a hablar y Nico se bebe la vida, así, de cualquier fuente.
*No sé si es el Sr.Scruch.. el del cuento de Navidad de Dickens. Pero todos lo reconocemos.
Y el abuelo sigue preguntando, con voluntad de polémica.
-Y habéis puesto el castillo de Herodes?
Nico mira para mí porque no sabe, en realidad, quién es Herodes. Niego con la cabeza y él salta desde mi gesto sobre la pregunta, para callarla.
-No! No pusimos un castillo!
-Y los soldados!?- Se ríe con indignación forzada y los brazos en alto.
-No! No hay soldados!
-Y desierto! Habréis puesto el desierto!
Me mira de nuevo, porque sabe que sí debería haber un desierto. Pero no, no lo hemos puesto.
-No! Hay un camino de lentejas que crecen! Ya te lo dije, abuelo.
Y el abuelo, con paciencia también fingida, le pregunta:
-Pero a ver, Nicolás, entonces qué es lo que habéis puesto, cuéntame.
-Pues al Niño Jesús, y a la mamá y a José….
-Pero eso no hace falta!!!
Y se ríen los dos a carcajadas, igualando su edad, encontrándose en esa esquina mágica del tiempo donde casi no puedo llegarles. Capaces de conversar a la sombra de las lentejas que crecen entre el musgo de un Nacimiento casero.
Después siguen hablando y mi padre le cuenta que hace muchos años, cuando nosotros éramos pequeños, él ponía un Nacimiento lleno de casitas de escayola que él mismo había trabajado. Y un río con agua sobre el que pasaba un puente. Y ponía un desierto con arena de la playa, y un gran castillo de Herodes con soldados en que los Reyes paraban a preguntar por el Niño y…
Y la tarde corre escondiéndose del frío mientras ellos aprenden a hablar y Nico se bebe la vida, así, de cualquier fuente.
*No sé si es el Sr.Scruch.. el del cuento de Navidad de Dickens. Pero todos lo reconocemos.
domingo, 20 de dezembro de 2009
Olhar de Natal
Pelo ar se passa uma revoada de pássaros. São estorninhos, esses que fazem nuvens e desenhos no céu da tarde. Vamos no carro e o Natal, hoje frio e brilhante, alinhava os pensamentos de Nicolás que olha para os pássaros e se ilumina.
-Olha mamai! Há pássaros que parecem renos.
Procuro nesse céu e tento olhar como ele sabe: aí estão! Os pássaros-reno! É mesmo assim, apenas falta o trenó do Pai Natal a guiar a revoada!
-Olha mamai! Há pássaros que parecem renos.
Procuro nesse céu e tento olhar como ele sabe: aí estão! Os pássaros-reno! É mesmo assim, apenas falta o trenó do Pai Natal a guiar a revoada!
sábado, 19 de dezembro de 2009
Humor
Sonó el teléfono y se levantó de la butaca arrastrando los pies entre el frío y la desgana.
-Diga?- dijo lentamente. El oído apretado contra el auricular.
Una voz de mujer, amable, le ofreció un seguro de hogar, pero él lo rechazó porque, le dijo, ya tiene uno y está contento con él. Entonces la señorita le preguntó si tenía también un seguro de decesos, y él se sonrió. Fue una sonrisa elegante pero evidente y la televendedora tuvo que esperar por la respuesta.
-También tengo seguro de decesos, señorita. Pero, verá usted, aunque yo quisiera contratárselo, usted no iba a poder vendérmelo.
-Por supuesto que sí, señor. Si usted lo desea, podemos contratarlo ahora mismo.
-No, señorita, no le van a dejar hacerlo.
Esto lo habrá dicho con ese arte de hablar que tienen los ancianos, esa habilidad para sembrar palabras y recoger conversaciones.
-Pero por qué señor…?
-Pues porque yo tengo casi 90 años, y a esta edad nadie contrata un seguro de decesos, sabe usted?
Efectivamente la señorita se sonrió y le dio la razón. Debieron hablar algo más porque mi padre me lo contó con esos ojos granujas y pequeños que lo delatan y que no me ven mientras habla, porque está recordando. Hablaran lo que hablaran él estaba contento. La teleoperadora le dio las gracias y le dijo que había sido un placer haber hablado con él.
-Y es que hay que tomarse las cosas con humor, ya sabes, hija.
Y lo sé. Pero a veces reírse duele un poquito y no sé si voy a saber hacerlo.
-Diga?- dijo lentamente. El oído apretado contra el auricular.
Una voz de mujer, amable, le ofreció un seguro de hogar, pero él lo rechazó porque, le dijo, ya tiene uno y está contento con él. Entonces la señorita le preguntó si tenía también un seguro de decesos, y él se sonrió. Fue una sonrisa elegante pero evidente y la televendedora tuvo que esperar por la respuesta.
-También tengo seguro de decesos, señorita. Pero, verá usted, aunque yo quisiera contratárselo, usted no iba a poder vendérmelo.
-Por supuesto que sí, señor. Si usted lo desea, podemos contratarlo ahora mismo.
-No, señorita, no le van a dejar hacerlo.
Esto lo habrá dicho con ese arte de hablar que tienen los ancianos, esa habilidad para sembrar palabras y recoger conversaciones.
-Pero por qué señor…?
-Pues porque yo tengo casi 90 años, y a esta edad nadie contrata un seguro de decesos, sabe usted?
Efectivamente la señorita se sonrió y le dio la razón. Debieron hablar algo más porque mi padre me lo contó con esos ojos granujas y pequeños que lo delatan y que no me ven mientras habla, porque está recordando. Hablaran lo que hablaran él estaba contento. La teleoperadora le dio las gracias y le dijo que había sido un placer haber hablado con él.
-Y es que hay que tomarse las cosas con humor, ya sabes, hija.
Y lo sé. Pero a veces reírse duele un poquito y no sé si voy a saber hacerlo.
quinta-feira, 17 de dezembro de 2009
Yogures.
Es un viejo truco. Cuando hay una fecha a la que quiero llegar. Cuando quiero que todo pase. Cuando el tiempo se queda aleteando esparciendo la duda y no puedo respirar. Entonces, abro la nevera, cojo un yogur y miro la fecha de caducidad. Es mi pequeña máquina del tiempo. Antes de que me dé cuenta el yogur habrá caducado, el tiempo habrá volado y todo habrá pasado. El remedio está donde menos se espera.
Lo hacía cuando mi hija estaba lejos y no podía hablar con ella. Lo hago ahora cuando la incertidumbre me roe los piececillos de la calma.
Lo hacía cuando mi hija estaba lejos y no podía hablar con ella. Lo hago ahora cuando la incertidumbre me roe los piececillos de la calma.
quarta-feira, 16 de dezembro de 2009
Sociologia de quatro anos.
Voltamos de carro contra a noitinha. Por estas estradas pequenas dá medo conduzir quando a noite pouco experta confunde os peões com fantasmas errantes.
-Mamai, o quê são os peões?
-Os peões são as pessoas que vão a caminhar. Não vão no carro, nem em autocarro, nem em bicicleta, nem em trator... vão andando. Mas vão pela estrada, pela beira da estrada.
-Já: são os pobres!
Ainda não compreendo em que redondezas das minhas palavras ficou engasgada essa idéia. Nem também como é possível que aos quatro anos uma cabecinha tenha estas elementares noções de sociologia.
-Mas não , Nicolás, são pessoas que vão de passeio. Como quando tu e mais eu andamos pelo caminho do rio a procurar pássaros e flores. Os peões passeiam. Simplesmente passeiam.
Mas há qualquer coisa no seu silêncio dentro do carro, que ainda fica a trabalhar. Será que nao há pássaros na noitinha das estradas.
-Mamai, o quê são os peões?
-Os peões são as pessoas que vão a caminhar. Não vão no carro, nem em autocarro, nem em bicicleta, nem em trator... vão andando. Mas vão pela estrada, pela beira da estrada.
-Já: são os pobres!
Ainda não compreendo em que redondezas das minhas palavras ficou engasgada essa idéia. Nem também como é possível que aos quatro anos uma cabecinha tenha estas elementares noções de sociologia.
-Mas não , Nicolás, são pessoas que vão de passeio. Como quando tu e mais eu andamos pelo caminho do rio a procurar pássaros e flores. Os peões passeiam. Simplesmente passeiam.
Mas há qualquer coisa no seu silêncio dentro do carro, que ainda fica a trabalhar. Será que nao há pássaros na noitinha das estradas.
terça-feira, 15 de dezembro de 2009
Nicolás e o Natal
É noite e arrumo os lençóis para que durma quentinho. Aproxima-se o Natal e é feliz. As luzes, as canções , as histórias mágicas, o frio e até o céu azul:
-Olha mamai, por quê temos que disfarçar-nos de pastorcitos?
-Porque é Natal e ides fazer um Belém, cantar vilancicos...
-Claro! E eu vou levar uma galinha para o Neno Jesus!
-Isso está muito bem!
-Mas... olha mamai, o Neno Jesus todavia tem dentes?
-Não, Nicolás, é um bebezinho, não tem dentes, ainda não tem dentes.
-E então para quê lhe vou levar uma galinha? Não pode comer!
-Tens razão. Mas, já sei, a sua mãe vá fazer um caldinho para o bebezinho...
-Mamai- e levanta os olhinhos para o teto acenando com as mãos como se as palavras pesassem de tão evidentes- mamai... se não têm casa, mesmo! Moram num portal! Não há cozinha!
-Olha mamai, por quê temos que disfarçar-nos de pastorcitos?
-Porque é Natal e ides fazer um Belém, cantar vilancicos...
-Claro! E eu vou levar uma galinha para o Neno Jesus!
-Isso está muito bem!
-Mas... olha mamai, o Neno Jesus todavia tem dentes?
-Não, Nicolás, é um bebezinho, não tem dentes, ainda não tem dentes.
-E então para quê lhe vou levar uma galinha? Não pode comer!
-Tens razão. Mas, já sei, a sua mãe vá fazer um caldinho para o bebezinho...
-Mamai- e levanta os olhinhos para o teto acenando com as mãos como se as palavras pesassem de tão evidentes- mamai... se não têm casa, mesmo! Moram num portal! Não há cozinha!
segunda-feira, 14 de dezembro de 2009
Antes de que sea martes
Antes de que sea otra vez martes y las palabras se nos coagulen en la boca y los oídos. He estado callada porque me he enredado en un libro de esos que tienen la fuerza del mar. Que tiran para adentro: “Espejo roto”, de Mercé Rodoreda. He llegado a él a través de Rosa Montero, a quien a su vez me ha llevado Ana Abelenda, y he ido cayendo de párrafo en párrafo… salvando casualidades, envidias y dulzuras.
También me he callado porque he tenido un extraño fin de semana. Hemos experimentado por primera vez la delicia decadente y saudosa de un balneario. Esa piel tranquila que irradia paz para el espíritu. Ese calor privilegiado, ese caminar despacio, como un sueño, como una jirafa. Nos reímos de nosotros mismos. “Peeling de chocolate”… mi madre había inventado el peeling con azúcar, limón y aceite de oliva, sin tantas palabras ni tanto inglés, hace muchos, muchos años. Recuerdo que lo hacía siempre después de pelar patatas. En la palma de la mano, haciendo una pocita, depositaba el azúcar, después un chorrito de aceite y por último el perfume de medio limón. Y las dos nos frotábamos las manos sobre el fregadero… sonriendo con las cosquillas de aquella aspereza y asombrándonos cada vez de la estrenada suavidad de nuestros dedos.
Por la noche hablé con un amigo, con el que hablo a menudo, pero que trajo una marea de pasado enredado en las palabras. Como un juego de espejos, precisamente espejos, en que brillasen miradas y perfiles vagos.
El lunes se me ha caído encima como un mal despertar, pero ya ha pasado.
Tengo que contar algo sobre la racionalidad de Nicolás, pero será mañana. Ahora es justamente antes de que sea martes.
Buenas noches.
También me he callado porque he tenido un extraño fin de semana. Hemos experimentado por primera vez la delicia decadente y saudosa de un balneario. Esa piel tranquila que irradia paz para el espíritu. Ese calor privilegiado, ese caminar despacio, como un sueño, como una jirafa. Nos reímos de nosotros mismos. “Peeling de chocolate”… mi madre había inventado el peeling con azúcar, limón y aceite de oliva, sin tantas palabras ni tanto inglés, hace muchos, muchos años. Recuerdo que lo hacía siempre después de pelar patatas. En la palma de la mano, haciendo una pocita, depositaba el azúcar, después un chorrito de aceite y por último el perfume de medio limón. Y las dos nos frotábamos las manos sobre el fregadero… sonriendo con las cosquillas de aquella aspereza y asombrándonos cada vez de la estrenada suavidad de nuestros dedos.
Por la noche hablé con un amigo, con el que hablo a menudo, pero que trajo una marea de pasado enredado en las palabras. Como un juego de espejos, precisamente espejos, en que brillasen miradas y perfiles vagos.
El lunes se me ha caído encima como un mal despertar, pero ya ha pasado.
Tengo que contar algo sobre la racionalidad de Nicolás, pero será mañana. Ahora es justamente antes de que sea martes.
Buenas noches.
terça-feira, 8 de dezembro de 2009
domingo, 6 de dezembro de 2009
Um elefante num poço
Há dias que Nico interrompe silêncios e conversas com uma mesma pergunta.
-Olha, mamai, como é que pode sair um elefante de um poço?
A primeira vez, calamos, rompemos a rir e depois calamos de novo, contagiados pela seriedade do seu olhar. Para ele não parece ser um dilema muito engraçado.
-Como é que pode sair um elefante dum poço?
A segunda vez, tentamos responder:
-Voando com as orelhas!
- Não, mamai, essa não é a resposta correta.
-Sujeitando-se com a trompa!
-A-a... Essa não é a resposta correta.
-Vaziando o poço com a trompa e depois e depois a caminhar...
-O poço é muito profundo, essa também não é a resposta correta, mamai.
-Talvez com uma grua....
A pergunta foi feita pela mestra de Nico, talvez para fazê-los pensar, mas a verdade é que estes dias, na intimidade do carro pela estrada, sob a bilha da ducha, no vagar do pensamento na cozinha, no instante de adormecer... achei na minha cabeça essa pergunta a bater estupidamente, porque como é que pode sair um elefante dum poço?
É preciso reparar no olhar preto e sério de Nico, na sua nacente angústia, quando pronuncia devagar a sua pergunta.
-Olha, mamai, como é que pode sair um elefante de um poço?
A primeira vez, calamos, rompemos a rir e depois calamos de novo, contagiados pela seriedade do seu olhar. Para ele não parece ser um dilema muito engraçado.
-Como é que pode sair um elefante dum poço?
A segunda vez, tentamos responder:
-Voando com as orelhas!
- Não, mamai, essa não é a resposta correta.
-Sujeitando-se com a trompa!
-A-a... Essa não é a resposta correta.
-Vaziando o poço com a trompa e depois e depois a caminhar...
-O poço é muito profundo, essa também não é a resposta correta, mamai.
-Talvez com uma grua....
A pergunta foi feita pela mestra de Nico, talvez para fazê-los pensar, mas a verdade é que estes dias, na intimidade do carro pela estrada, sob a bilha da ducha, no vagar do pensamento na cozinha, no instante de adormecer... achei na minha cabeça essa pergunta a bater estupidamente, porque como é que pode sair um elefante dum poço?
É preciso reparar no olhar preto e sério de Nico, na sua nacente angústia, quando pronuncia devagar a sua pergunta.
quarta-feira, 2 de dezembro de 2009
FronteraD
Esta semana me ha llegado por dos vías diferentes pero semejantes, es así la diversidad humana, el nacimiento de FronteraD, una nueva revista electrónica. Primero lo mencionó Ander Izaguirre en su blog, que ya es buena señal. Hoy me ha llegado un correo de Sánchez Terán en el que nos invita a entrar en ella. Sánchez-Terán escribe en su correo cosas como "Todos tenemos bosques de cosas que leer a lo largo del día y serrín de tiempo para hacerlo, pero os invito a entrar en Fronterad". O "El segundo motivo es que ésta es una iniciativa nacida de la cabeza pero cuyo único carburante es el corazón. Todos los que están metidos, los que de verdad arrancan horas a su trabajo para elaborar la revista, lo hacen porque están convencidos de la importancia que tiene para la sociedad una prensa independiente y de calidad. Ya, ya sé que esto no va a revolucionar el periodismo nacional, pero son grietas en el muro".
Así que lo dicho: entrad, leedlo, haced de Fronterad vuestra página de inicio o lo que sea. Vale la pena apoyar a los que sueñan; los que calculan se apoyan solos".
La idea parte del periodista Alfonso Armada, con el que Gonzalo Sánchez-Terán publicó ese libro doloroso: "El silencio de Dios y otras metáforas".
Creo que con estas invitaciones, vale la pena seguirlos.
Así que lo dicho: entrad, leedlo, haced de Fronterad vuestra página de inicio o lo que sea. Vale la pena apoyar a los que sueñan; los que calculan se apoyan solos".
La idea parte del periodista Alfonso Armada, con el que Gonzalo Sánchez-Terán publicó ese libro doloroso: "El silencio de Dios y otras metáforas".
Creo que con estas invitaciones, vale la pena seguirlos.
terça-feira, 1 de dezembro de 2009
1 de Diciembre.
Esta tarde su voz, que siempre es bella, parecía mejor afinada, como un instrumento de madera antigua y templada. Con un cierto roce de cuerdas. Sonreía.
-Cómo estás?- le pregunté, segura de que estaba bien y segura de que era feliz.
-Bien, Pau, ya está aquí!
Y al decir “ya está aquí” las dos sabíamos que hablaba de su primera hija. Su primera hija y ese instante irrepetible de consciencia absoluta, de sentir el mareo de pisar sobre la Tierra y sobre el tiempo. Consciencia y,al mismo tiempo, las perspectivas improvisadas, las distancias perdidas. Mañana será diferente y ya nunca será igual.
Y después de sonreír y de decir que fue sencillo me dijo como en una fuga:
-Todavía no sé cómo cogerla.
Su voz templada atrapada en un miedo de niña. Lo recordé de pronto: no te preocupes, tú todavía no sabes, pero tus brazos han cogido a tu hija mucho antes de haberla imaginado. Déjalos hacer. Hay una sabiduría por encima de la razón. Sabes más, mucho más de lo que esperas. Eres madre.
Ya estáis aquí.
-Cómo estás?- le pregunté, segura de que estaba bien y segura de que era feliz.
-Bien, Pau, ya está aquí!
Y al decir “ya está aquí” las dos sabíamos que hablaba de su primera hija. Su primera hija y ese instante irrepetible de consciencia absoluta, de sentir el mareo de pisar sobre la Tierra y sobre el tiempo. Consciencia y,al mismo tiempo, las perspectivas improvisadas, las distancias perdidas. Mañana será diferente y ya nunca será igual.
Y después de sonreír y de decir que fue sencillo me dijo como en una fuga:
-Todavía no sé cómo cogerla.
Su voz templada atrapada en un miedo de niña. Lo recordé de pronto: no te preocupes, tú todavía no sabes, pero tus brazos han cogido a tu hija mucho antes de haberla imaginado. Déjalos hacer. Hay una sabiduría por encima de la razón. Sabes más, mucho más de lo que esperas. Eres madre.
Ya estáis aquí.