quinta-feira, 17 de dezembro de 2009

Yogures.

Es un viejo truco. Cuando hay una fecha a la que quiero llegar. Cuando quiero que todo pase. Cuando el tiempo se queda aleteando esparciendo la duda y no puedo respirar. Entonces, abro la nevera, cojo un yogur y miro la fecha de caducidad. Es mi pequeña máquina del tiempo. Antes de que me dé cuenta el yogur habrá caducado, el tiempo habrá volado y todo habrá pasado. El remedio está donde menos se espera.
Lo hacía cuando mi hija estaba lejos y no podía hablar con ella. Lo hago ahora cuando la incertidumbre me roe los piececillos de la calma.

3 comentários:

  1. Anda, me lo anoto. Es genial!
    Yo uso uno no tan bueno: me concentro en lo que pasa.
    Mi primera nochebuena sin ella anadaba yo triste y me llegó un sms de un buen amigo: ni se te ocurra estar triste, aprovecha para dedicar tiempo y cariño a las personas queridas con las que vas a pasar esta noche, hoy puedes centrarte en ellas.
    Y si ves que pasa lento, llámame y nos tomamos un café y hablamos de libros.
    Beijinhos

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  2. Sí, claro, pero luego nadie está disponible para ese café y además.. hay que estar donde se está. Tiene razón tu amigo. De todas formas este año, creo que podré "disfrutar" de la Navidad ,y es más, creo que voy a poner todo mi empeño en ello. Qué caramba! ya está bien!

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  3. Cuánto me alegro de oir eso!!! Sí, señor. ya está bien!!
    Besos

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