quarta-feira, 17 de junho de 2009

A pesar de todo.

He visto dos cisnes jugar a los espejos en la Ría, temprano. He visto desde allí la ciudad empaquetada en la niebla mientras yo caminaba bajo el sol recién cuajado del verano. He escuchado al atardecer el grito del pavo real como una grieta en las distancias. He oído a los niños entrar en el colegio con los últimos sueños del curso pesando en las pestañas y le he contado un cuento a una madre con miedo. He hablado con un amigo, de esos que te llevas para siempre en el alma, y le he mirado a los ojos sabiendo que puedo hacer pie dentro de su mirada. Y he depositado palabras como ofrendas al oído del hombre que vive junto a mí y ha llegado cansado.
Ha sido un buen día, sin ansias. Puede que no sea real, pero he vivido ahí durante un día.

4 comentários:

  1. Estoy seguro de que ha sido un día real. De lo contrario, no hubieras podido escribir tan maravillosamente bien esta entrada. Genial.

    Beijinhos

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  2. A mi me parece un día envidiable, sobre todo por ser capaz de observar y disfrutar cada momento con la serenidad y delicadeza que requiere.

    Precioso, Pau

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  3. ¿Vives los días de verdad como los relatas?
    ¡Qué suerte!

    M

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  4. En parte sí, es cierto. Hay momentos que siento así, otros... no me da tiempo más que a guardar las sensaciones para después.. ya sabes. Beijinhos muitos!

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