sábado, 7 de novembro de 2009

Sábado

Está sentado en la butaca, casi en penumbra, y cuando entro cobra vida en una sonrisa. Por los cristales resbala la lluvia de una tarde de otoño sin rescoldos. Es sábado. No huele a café. Solo esa breve sonrisa en su cara recién regresada del silencio y el sueño.
-Hola, papá, dormías?
Se queja de la lluvia. Me cuenta de nuevo que ha pasado mala noche, que han llamado por teléfono para ofrecerle un seguro y que el caldo de hoy parecía en mal estado.
Pregunto por mi hermana: -has hablado con ella?-
-Precisamente la he llamado esta mañana- me dice, mientras sus ojos adelantan la ironía –la he llamado para preguntarle qué día es hoy, y me ha dicho que es viernes.
-Entonces, papá, la llamaste ayer… porque hoy es sábado.
-Pues entonces la llamé ayer, claro.
Y la mirada con la que pronuncia despacio estas palabras, me deja ver un mismo día de pausas conocidas. Una espera que acecha, y se resigna, en la butaca.

2 comentários:

  1. Qué mas da el día...

    Es un lujo para mí leer tus entradas, Pau

    Beijinhos.., Y un sincero y fraternal abrazo de tu amigo Javi (LEITER)

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  2. Gracias, Leiter. Un beijinho y un abrazo, también. Da gusto así, con tanto cariño y ese ánimo.

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