terça-feira, 24 de maio de 2011

Más sobre el miedo.

Dice José Luís Peixoto que el miedo se contagia por los ojos. Que lo transmitimos a nuestros hijos a través de la mirada. Creo que es cierto. Contaminamos lo que miramos: hijos, amigos, vecinos. Estos días los pensamientos sobre el miedo me zumban en la cabeza como moscas de septiembre, obstinadas y torpes. He recordado, escarbando en la fuente donde comencé a sentirlo, las sombras tras la puerta del cuarto en que dormía con mi hermana. Había una silueta siniestra que acechaba vigilando nuestro sueño, dispuesta a hacer el mal. Cualquier tipo de mal indefinido. Supongo que eran los albornoces en el colgador o la estantería del pasillo, pero las dos, mi hermana y yo, veíamos claramente instalado y espectante un hombre con sombrero y abrigo de nariz ganchuda.
Mi hermana entonces se quedaba dormida bajo las sábanas. Se tapaba hasta la cabeza y se sumergía en la oscuridad absoluta y también en el silencio. Yo, sin embargo, optaba por descubrir los ojos, abrirlos mucho y no cerrarlos mientras fuera posible. Al menos así podría ser consciente del peligro, estar alerta e incluso defenderme, gritar o, al menos, saber cuándo sería mi final.
Han pasado muchos años desde entonces y estos días, que ciertamente he sentido algún tipo de temor, sino miedo, he descubierto que esa actitud de la infancia se mantiene. Prefiero saber, mirar sin perder detalle. Estar alerta y hacer lo que en mi mano esté para defenderme. No esconderme.

4 comentários:

  1. Tu actitud es espléndida, así deberíamos de afrontar todos el miedo. Pero no es fácil, depende de como lo hayas experimentado por primera vez ¿no?
    Y que pasa cuando ese temor que aprendemos de pequeños, se convirte en una necesidad o un hábito para poder sentir que estas viva...? y se convierte en una especie de autodefensa.

    Sea como fuere, lo importante es que es esperanzador poder leer palabras de aliento y ánimo..
    besitos

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  2. No sé responder. Estos días tengo motivos para pensar en el miedo y me encuentro con recuerdos y reacciones, pensamientos... solo son reflexiones en voz alta, es decir, en escrita pública :) Hay muchos miedos, supongo, y muchas maneras de reaccionar ante él. Es cierta aquella de que un valiente es un cobarde que corre hacia delante. Se trata de eso, precisamente. De no quedarse parada esperando a que suceda lo que tal vez ni tendría que suceder. Y también de no transmitirlo, de no intoxicarnos. Beijinhos.

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  3. Tiene razón Paula... Y de no propargarlo, que luego no hay quien lo detenga.

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  4. El miedo se contagia por la piel y por el silencio...Lo destruye el abrazo y la risa.
    Un abrazo grande, querida niña.

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