Le dije que teníamos que bebernos la vida como salmones y me pareció una frase poco afortunada. Mientras se lo decía en mi cabeza saltaban los peces esforzados contra la gravedad y la corriente, pero algo en su empeño me parecía feliz o, al menos optimista. Por eso se lo dije. Y es verdad que como frase tiene poca fortuna, pero a veces es así como quisiera verme. Cuando la fuerza me expulsa de la vida, cuando no puedo más y los niños lloran y los ancianos gritan. Cuando el tiempo tirita y desearía que mañana se quedase estancado bajo la almohada, cuando el viento tira los árboles y los platos se rompen con estruendo contra el suelo llevándose mis ojos que resbalan y lloran... entonces, precisamente, tendría que tener el optimismo ciego de los salmones remontando el río. Sin mirar hacia atrás, sabiendo que es preciso llegar y que no se puede prescindir de la corriente en el camino.
Eso es sentido del humor! Pues está bien, boqueeemos pero abrámonos paso. La corriente ya es nuestra! Podemos hasta con ella en contra!
ResponderExcluirbeijinhos
PD.- Me encanta el color naranja, es mi favorito. No sería lo mismo si hubieras escogido otro pez!
Está, mas como salmões não, que desovam e depois morrem. Procura outra metáfora com a mesma força. :)*
ResponderExcluirOra essa! nao reparara! Depois morrem! tá certo, mas nós também... depois de lutar morremos, desovemos ou nao.. Bom, tens razao, pensarei noutra metáfora.. Lulas??
ResponderExcluirLulas! Fantástico. Adoro lulas! ;)
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