Hay palabras que no existen pero podemos decirlas. Cerramos los ojos y aparecen mientras alguien escucha y las espera. Dibujan un sendero de balizas que brillan para poder seguir al menos un poquito. Palabras como luciérnagas amigas. Parece que no existen, pero las pronunciamos nada más inventarlas y arden en medio de las angustias y los miedos, de los vacíos y la soledad. Hay palabras que brotan sin que sepamos donde. Manantiales de consuelo para abrazar incluso en la distancia.
WOW! Un gracias sonaria demasiado manido, pero es de corazon. Ahora mi domingo mananero irradia luz. Y es gracias a ti.
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Y no sabes lo mucho que alegra que las palabras sean útiles y que lleguen! beijinhos.
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