quarta-feira, 27 de abril de 2011

La bolsa

Recuerda todavía con claridad el día en que se fue de casa. Recuerda la frialdad con que preparó la bolsa en el silencio de su cuarto. No recuerda escoger lo imprescindible, aunque sabe que tuvo que ser así, pero sí el remordimiento por llevarse precisamente aquella bolsa, la mejor de la casa, la del viaje de fin de curso. Recuerda haber dejado el equipaje dispuesto y a la vista antes de decirles nada. Comieron en silencio y tensando las actitudes, la presencia, como cada día. Como cada día desde que ella dejó de llegar temprano a casa y convertirse en su propia sombra cerrando la puerta de la habitación, la celda en la que voluntariamente desaparecía. Desde que su padre los sorprendió abrazados en la calle y sentenció: no me gusta.
Preparó la bolsa y no les dijo nada, aunque su madre lo sabía porque siempre sabía todo, todo, incluso antes de que ella misma lo pensara. No hablaron. Ella escuchó rumores que eran ganas de llorar. Sabía que la maleta junto a la puerta era aquella tarde el centro del universo, como si dentro de ella estuviera escondido el porvenir, el pasado inmutable y las palabras que no se encuentran a tiempo. Salió de la habitación con el tiempo imprescindible para decirles adiós. La madre, sentada en la cocina, no dijo nada. Sujetaba con fuerza el cabo que les unía por debajo del miedo. Era mejor no hablar.
-Me voy- dijo encarándose a su padre que la intuía y esperaba de pie al fondo de la sala.
-Sabes que si te vas...-
-.. no vuelvo- le cortó con la misma afectación la escena.
-Pues adiós. Te deseo suerte-
Ahora sabe que entonces eran dos niños. Padre e hija, apenas dos niños peleados con ganas de ganar.
Lo sabe porque al deshacer la maleta aquella noche, no pudo vencer su deseo de llamar:
-Estoy bien, mamá. Hemos llegado bien. En cuanto pueda os envío la bolsa de vuelta.

4 comentários:

  1. Essa... foi e voltou tantas vezes de novo a casa... ficou velhinha e perdida, carregada de abraços de bemvinda em algum recanto do falhado...

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  2. No hay que martirizarse, crecemnos así. Tú ahora debes de saberlo :)
    Un abrazo grande grande

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  3. Lo sé, claro. No me martirizo, solo tallo historias. Bjs.

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