Me habla de espaldas y desde la altura incómoda de sus zapatos de tacón mientras aclara bajo el agua, guantes de látex, los últimos cubiertos. Veo la lazada del mandil y sus largas piernas. Su espalda levemente encorvada hacia el fregadero. Me habla lentamente, con el remanso del cansancio. La cocina huele a clavo y a carne guisada.
Entonces se vuelve y sus ojos brillan con el titubeo de unas lágrimas.
-¿Sabes?- dice -yo también he caído en la trampa.
José Luís Peixoto na Feira do Livro de Miami, 2024
Há uma semana
Yo también.
ResponderExcluirMmm estás certa disso? Acho que não...
ResponderExcluirBj.