quinta-feira, 24 de fevereiro de 2011

Pasear de noche

Salió a caminar empujando la noche como una tela. Desenvolviendo el mundo. En el silencio corría el agua de los lavaderos abandonados. Detrás de las ventanas, solo murmullos: el gemido de la soledad estrangulada. Sus propios pasos. El gato la miró con calma, ojos redondos, anfitrión de la luna. La vio acercarse y después desaparecer en el pozo del camino. Avanzaba sin resistencia dejando la oscuridad adherirse al pensamiento, al espacio que se desliza entre los dedos, a los labios cerrados. Solo la hierba respiraba, un perfume vegetal lleno aristas y dulzuras. Después llovía y la noche se deshacía en la piel, sin frío, arrastrando la dolorida arena que depositara el día.

3 comentários:

  1. Dios mío! Prométeme ahora mismo que te pones a escribir en serio! Qué pasada! Se toca la noche, la oscuridad, te roza ese silencio y esa soledad y se te "ve" sentir.
    Eres increíble!
    Qué maravilla!
    Tú no puedes perder tu esencia, jamás.
    Beijos (llenos de admiración emocionada)

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  2. Los lavaderos abandonados. Hai que hacer inventario.

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  3. Escribir en serio! qué miedo, no por Dios!
    Sí, serían rutas preciosas por los lavaderos. Beijinhos.

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