domingo, 8 de março de 2009

Tampoco allí


LLovió una lluvia exuberante. Una lluvia generosa cargada de semillas, amante de luz. Llovió voluptuosamente entre las ramas verdes y las flores recién brotadas. LLovió entre los rayos de sol y por los brazos desnudos.
Sé que llovió así porque vi caer la lluvia detrás de los cristales y me estremeció el deseo que esparcía. Sé que llovió así, pero no estuve allí.
Tampoco allí.

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