Entró en el baño de mujeres y se miró en el espejo mientras lavaba las gafas bajo el grifo.
-Por Dios! qué cara más horrible tengo!- dijo en voz alta. Sin dramatismos, como una queja rutinaria por el rostro cansado en el que acababa de reconocerse.
A su lado, una compañera, arrugó el gesto y pareció seguir el hilo de la conversación:
-Sí, este calor a estas alturas de octubre... es muy molesto...
Y entonces se dio cuenta de dónde nacía su problema. Casi se resistió, pero no pudo, no encontró valor ni voluntad suficiente:
-Es que no sabes ni qué ropa ponerte...
-Sí-continuó la otra -y lo peor es el calzado, botas, sandalias... -
-Es un lío, a ver si viene el otoño de verdad, que es lo que toca....-
Y salió del baño perdonándose otra vez. Con los hilos de su exclamación primera deshilachados en el gesto. Con su conversación remendada, mal zurcida a la boca. Sabiendo que todavía no era capaz de mantener el rumbo.
José Luís Peixoto na Feira do Livro de Miami, 2024
Há uma semana
Pau, qué pasa? Me estas preocupando...Quizás deberías cogerte un día o dos si puedes para ti sola. Yo lo hice hace cinco años en circunstancias parecidas y ya ves cuántas cosas cambié!!! Y todo porque mi madre me dijo: sabes lo que no quieres, pero ahora debes saber lo que sí quieres y después ve a por ello!
ResponderExcluirBeijinhos
Tienes razón, pero es complicado. Ni es exactamente saber lo que sí quieres, es concedérselo a uno mismo. No sé.Pero no olvides que todo esto son ejercicios de escritura!! :))ESo sí, no son ciencia ficción, no. Beijinhos.
ResponderExcluirPor cierto, pensé que no se iba a entender. Siempre lo pillas!