quinta-feira, 15 de abril de 2010

Moby Dick

Antes o después tenía que suceder y tal vez haya sido un poco antes. Se encontró con una pequeña ilustración de Moby Dick. Estaba entre otras esparcidas de diferentes cuentos infantiles en una revista: Caperucita, Los tres cerditos, Los siete cabrititos... y Moby Dick.
-Isto de qué conto é, mamai?
Dudé un segundo en la conviencia de reconocerlo. Pero me pareció poco honesto fingir que no sabía y le contesté. Le contesté sin poner un ápice de teatralidad en la voz, restando propositadamente escamas de misterio a las palabras:
-Isso é Moby Dick, a baleia branca.
Su dedo permanecía paralizado en las páginas señalando el dibujo, pero sus ojos buscaban el rastro de la historia mientras yo, más que verlo, intuía sus ojazos negros esperando. Me limité a continuar preparando la ropa para el día siguiente, nombrando conscientemente cada pieza como un mago que distrae a su público.
Esperó un instante:
-Moby Dick? Uma baleia?
No me podía escapar. Le expliqué que era una novela y que el libro tenía que estar en la habitación de su hermana, que un día podría leerla pero que todavía era muy pequeño.
Salió corriendo para el cuarto de la hemana mayor a la caza de Moby Dick.
En dos minutos estábamos leyendo. Buscaba las escasas ilustraciones con su paciencia rígida y todavía muy verde. Yo leía y de vez en cuando preguntaba:
-Até aqui, Nicolás? Paramos?
-Nao, até que saia a baleia....
Y continuamos.
El sueño me ayudó a convencerlo y paramos en el capítulo 3. Pero entonces surgió la pregunta como una bengala:
-E no final, mamai, cazam a baleia??!
-Não sei Nicolás, não lembro... eu nao li este romance. Temos que chegar até ao fim...
-Não se cazam baleias. Não se cazam baleias. Não se cazam baleias.
-Temos que chegar até ao fim, Nicolás, já veremos.
E foi entao quando começou a chorar. Primeiro um aceno de angústia, depois um pranto imparável. A chorar. Lágrimas alagando a sua face pequenina de criança, lágrimas caindo na almofada. Lágrimas a salgar os beijos que eu lhe dei.
-Não quero que matem a Moby Dick.....
Hoje amanheceu sendo baleia branca. Entre palavra e palavra intercalou um jato de mar saíndo entre os dentes.


(A alternância de línguas foi sem vontade... mas lá fica. É possível mais harmonia??)

Um comentário:

  1. Non, non é posible máis harmonía, nin sequera me decatei do cambio. E a historia que contas... E cómo a contas...

    ResponderExcluir