"Por el arco de Elvira
voy a verte pasar
para sufrir tus muslos
y ponerme a llorar".
Federico García Lorca
Campanean sus faldas mientras desciende la cuesta y sus carnes retumban arrebatando miradas y saqueando el deseo.
Se llama Elvira y su madurez se hace convulsa en las caderas, desparpajo en los pasos y calma en la mirada. Pero solo con su nombre y con el eco de su andar bajo el arco, se abre el día. Huele a pan y los pájaros todavía están contentos en las ramas. Algún gorrión picotea en la acera y los hombres esperan por el sol haciendo grumos de sombra ante las puertas. Ella camina sabiendo sus espaldas cargadas de miradas y de lenguas. Entonces alguien dice un ole que la rodea como el aire de junio. Elvira solo se vuelve y con sus ojos negros despliega una sonrisa que apuntala el recuerdo. Y el tiempo sigue sin pausa hasta mañana en que ya la esperan.
José Luís Peixoto na Feira do Livro de Miami, 2024
Há uma semana
Se siente e sol de la mañana. Se huele, se toca, la escena.
ResponderExcluirImpresionante!
ole
ResponderExcluirgracias!
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