Abrí la ventana esta mañana y me sorprendió el olor amarillo y afilado de las acacias. Escuché los pájaros y comprendí que habían permanecido en silencio. El aire tenía los dedos fríos, pero escondía las uñas. La reconciliación del invierno. El perdón de la primavera. La tierra que empuja para alumbrar mañana.
Sí!!! Qué lindo lo has escrito! Así era esta mañana (yo sin acacias).
ResponderExcluirBjs
De premio, Pau
ResponderExcluirBeijinhos
Que bonito!
ResponderExcluirOlá Anônima! gracias.
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