Ha sido extraño. Me he quedado con la imagen de la botella de agua mineral en la nevera. Transparente y líquida. Solo eso. Una botella de agua en la nevera. Una botella de agua.
Después, cuando iba en el coche, ha vuelto la transparencia y de pronto, como si yo acabase de llegar a la Tierra, me ha sorprendido el agua.
El agua. Agua.
Tan transparente, líquida. Una materia imposible. Una textura impensable. Agua.
Solo eso. Me he parado a pensar agua.
Creo que ha sido el cansancio. O tal vez un manojo de neuronas despistadas, de esas que no encuentran los nombres cuando los busco, que los confunden o que a veces se empeñan en poner mirada de interés para irse de paseo cuando alguien habla. Neuronas independientes que han tomado el poder de mi evocación y ocupación.
Pero qué extraña es, de verdad, el agua!
José Luís Peixoto na Feira do Livro de Miami, 2024
Há uma semana
jajaja, ahora entiendo por qué escribes cosas tan diferentes, piensas diferente...en realidad eres una extraterrestre!!! (no podía ser tan guapa, tan buena y tan lista, claro)
ResponderExcluirVenga! a cualquiera se le escapa una neurona alguna vez... o no?
ResponderExcluirguapa? buena??? lista...??? eres un sol! Un solazo!
Se confirma la procedencia extraterrestre de Pau. A los calificativos de Amalia -- a los que me sumo -- está el incontestable hecho de una búsqueda de agua, elemento vital para cualquier ser de procedencia desconocida.
ResponderExcluirBueno, lo de las neironas nos ocurre a todos...
Beijinhos