Entonces la ciudad todavía era pequeña y todos se conocían. La comadrona y las asistentes se asombraron de su color moreno tan temprano.
-Casi no había empezado abril y ya tenía las marcas del bañador!
Todas querían acompañarla para ver si sería una niña.
-Nada más nacer te arrojaron a mis brazos y me dijeron: “Ahí la tienes, tu niña!”
Y cada año me lo contaba y cada año ella sonreía de aquella manera y hacía aquel gesto increíble de arrojar al bebé recién nacido a los brazos abiertos y felices de la madre.
Feliz Cumpleaños, guapísima.
ResponderExcluirBesos
Gracias!
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