Una vida tres tallas más grande. A veces pienso que, en el reparto, me ha tocado una vida tres tallas más grande que la mía.
Los días se hacen arenilla cuando entro en ellos. Se deshacen largos e inasibles: arenilla.
Pero aún así me obstino cuando las palmas de las manos llegan llenas de amor, incluso si solo le llamamos cariño. Aún así me obstino cuando estallan los besos por las mañanas. Me obstino e intuyo que en la arena, en medio de la arcilla seca, hay una dirección.
José Luís Peixoto na Feira do Livro de Miami, 2024
Há uma semana
Los ríos al desembocar, por regla general, serpentean hasta lo indecible en su último tramo. En ocasiones, culminan con un delta. El abanico de posibilidades es inmenso y siempre se vislumbra el mar en el horizonte. Tengámoslo en cuenta.
ResponderExcluirBesos, Pau
Supongo que es verdad, pero a veces parece que nunca se llega al mar. Beijos, leiter.
ResponderExcluirParece que no pero acaba llegando. Te lo aseguro.
ResponderExcluirBesos, Pau