Lo que pasa es que se lo comenté a ella, la prima Luz, que es, en realidad, un hada madrina. Eso fue todo. No hay más magia ni más trampa ni cartón.
La tarde se terminaba prontito porque la luz ya escasea insinuando el invierno. El invierno, ese tiempo de cocina y de charla, de cine y chocolate. Antes de despedirnos se lo dije:
-Vamos a ver una peli: La Guerra de las Galaxias, que Nico todavía no las ha visto! Nos vamos a sentar todos en el sofá y ... pena de palomitas!
Después todavía hablamos de las uvas, que no quieren madurar, de los tomates y el agua, de las dulces calabazas y de la lluvia que no ha caído. Envolvimos todo en risas y dejamos un par de besos en el aire.
Al entrar en casa ya se sentía esa temperatura hecha como de lana que se teje estos días para anidar el otoño. Colocamos el dvd, nos acomodamos en nuestros sitios y dejamos la sala a oscuras. Unos nudillos golpearon en la puerta. La prima Luz, ciertamente toda ella luz y mirada azul, sonrisa de luna creciente, traía un enorme bol cargado de palomitas recién hechas.
Lo que pasa es que se lo comenté a ella, el hada Luz.
José Luís Peixoto na Feira do Livro de Miami, 2024
Há uma semana
¡¡ENTRAÑABLE!!...y es que viendolo así casí dan ganas de repetir toda la saga galáctica como excusa para inflarse a palomitas. Antes fue el Titanic y ahora tendrás que comprarle a Nico la espada láser o la máscara de Darth Vader...se ve venir...ya te digo
ResponderExcluirbs
Ha pedido la espada de luz hace diez minutos. :)
ResponderExcluirHummmm...perfecto!
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